Introducción
“Cómo demandar y contestar una demanda” es la obra complementaria a “Demandas y contestaciones”, aportándole un enfoque teórico-técnico de destrezas para demandar y defender al demandado en asuntos litigiosos de todo tipo. Ambas obras integran la “Biblioteca Práctica Procesal Civil”, pensada para la labor diaria del abogado civilista.
Bajo la órbita de las cuestiones procesales tratadas en el Código Civil y Comercial de la Nación y del Proceso Civil y Comercial en general, se redactaron estas obras a los efectos de que el abogado pueda ubicarse prácticamente en la traba de la litis en los procesos de conocimiento, ejecución y especiales.
Este trabajo en particular, atiende a las necesidades del joven abogado que necesita bajar los conocimientos teóricos o dogmáticos aprendidos en la facultad a la realidad de los hechos, de la vida misma y de los conflictos que derivan en pleitos.
Es un hecho reconocido que si bien la ciencia jurídica es adquirida en las facultades de derecho, el recién egresado se encuentra limitado al momento de operar en la realidad. No es que le falten conocimientos teóricos sino que carece de sentido experimental. Si bien tiene logradas las competencias del saber, aún le falta alcanzar las competencias del saber hacer.
Por ello, este libro apunta al saber hacer, y ofrece una compilación de soluciones y explicaciones precisas para la primera etapa del litigio que podrán orientar al joven abogado a redactar sus pretensiones en el ámbito procesal y despertar su perspicacia para hallar otros argumentos, que de otra forma no se hubiera percatado.
No sólo se atiende a la redacción y a las formas procesales de los escritos, sino al fondo de la cuestión debatida según se corresponda a la materia y al tipo de juicio.
La abogacía es teoría y práctica, y por sobre todo es lucha que se proyecta en el derecho de acción versus el derecho de contradicción. Por ello demandar y contestar, demandar y reconvenir, demandar y oponerse es la mejor forma que puede encontrar un abogado para entrenarse en la práctica del litigio. Si bien las resultas del pleito no dependerán exclusivamente del ejercicio de los derechos de acción y de contradicción en sí mismos –que obviamente se ejercitarán como derechos abstractos de tutela jurídica–, sí dependerá, el resultado de la sentencia, de la forma como se plantee el derecho material pretendido por el actor en la demanda y la forma de oposición que asuma el demandado a ese derecho material; una cuestión más que justifica las propuestas de esta obra.
La lucha del abogado es lucha de pretensiones, abogar es luchar con razones. Por ello, esta obra procura dar ideas y razones, tanto para fundar adecuadamente una demanda como para repelerla.
Como se puede apreciar en los contenidos de este libro que conforma una misma idea con el anterior publicado, al que se alude al principio, aparecen discriminados los puntos litigiosos que surgen de la pretensión del actor y la pretensión de rechazo de la pretensión del demandado con el fin de mostrar una estrategia procesal lograda, que pueda coadyuvar a la adquisición de destrezas para el litigio en el ámbito procesal civil y comercial.
Este trabajo se estructura en dos partes principales:
En una primera parte –general– se explica las diligencias previas a la demanda, los requisitos y redacción de la demanda, sus efectos, la acumulación de pretensiones, clases de demandas, variación, ampliación y reducción. Se sigue con el tratamiento del traslado de la demanda para entrar seguidamente a la contestación de la demanda, sus requisitos y forma de redactarla y los efectos por su interposición. Se disponen a continuación todas las formas de defensas del demandado abarcando las excepciones procesales como las de fondo.
Pormenorizadamente, en esta primera parte general encuentran tratamiento los siguientes temas: Táctica y estrategia en la demanda y su contestación. Diligencias preliminares a la demanda en los procesos de conocimiento y en los juicios ejecutivos. La demanda: forma, contenido, efectos, la redacción, acumulación de pretensiones, variación, ampliación y reducción de la pretensión contenida en la demanda. Traslado de la demanda. La contestación de la demanda: requisitos externos y de contenido, efectos de la contestación y su no contestación. Las defensas del demandado: excepciones de impedimentos procesales, excepciones que ponen fin al litigio, defensas temporarias previstas en leyes especiales, defensas generales comprendiendo las que se fundamentan en la extinción de la obligación y en la existencia de vicios de los actos jurídicos y excepciones admitidas en el juicio ejecutivo.
En una segunda parte –particular– y en vistas al fuerte impacto que tiene el Código Civil y Comercial de la Nación en materia procesal, se siguió la diagramación por materias del libro “195 Modelos de demandas y contestaciones” y dentro de esta estructura se subcategorizaron los típicos procesos de conocimiento, ejecutivo y especiales que se regulan en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y en los códigos procesales locales. Se explica la demanda y la contestación de la demanda o la oposición de excepciones, en diversos tipos de juicios relacionados con la cuestión de fondo debatida, comprendiendo asuntos de abuso de derecho, personas, familia, daños y obligaciones, hechos y actos jurídicos, contratos, derechos reales, sucesiones, títulos valores y otras cuestiones de derecho comercial.
Detalladamente, esta segunda parte comprende los siguientes temas: La demanda y la contestación en asuntos de Abuso de Derecho sufrido por una clase, la acción de clase o acción colectiva, caso de abuso de derecho por posición dominante. En caso de Personas: afectación de derechos personalísimos en caso de derecho a la identidad, en caso de derecho a la intimidad, intervención del interesado en la declaración de incapacidad o restricción de la incapacidad. En asuntos de Familia: el Juicio de Alimentos y Litisexpensas, demanda y oposición en el régimen de comunicación, demanda y contestación en el cuidado personal del hijo. En cuestiones de daños y obligaciones: la demanda y la contestación en el Juicio de Daños, en el Juicio de Rendición de Cuentas, en el Juicio de Simulación. En asuntos de Contratos: la demanda y la contestación en los juicios por incumplimiento de contratos de obligaciones recíprocas y en el Juicio de Desalojo. En casos de Derechos Reales: la demanda y la contestación en el Interdicto de Retener, en el Interdicto de Recobrar, en el Interdicto de Obra Nueva, en el Juicio de División de Condominio, en la Adquisición de Inmuebles por Prescripción, en la Ejecución Hipotecaria, en la Ejecución Prendaria. Cuestiones en Sucesiones. En casos de ejecución de Títulos Valores: la demanda y la oposición de excepciones en el Juicio Ejecutivo. En asuntos de Derecho Comercial: la demanda y la contestación en la Defensa del Consumidor y en cuestiones de Tarjeta de Crédito.
A su vez, en cada asunto contencioso tratado se hace una introducción detallando las generalidades del juicio y se indica quién o quiénes pueden demandar –legitimación activa– y quién o quiénes pueden ser demandados –legitimación pasiva– en la correspondiente causa.
En este libro se pone especial acento en una actitud de oposición activa del demandado, quien no se conforma con las negativas generales y particulares, tratando solamente que se invierta la carga de la prueba –cosa cada vez menos probable hoy en día por la fuerza de la teoría de la carga dinámica de la prueba– y que su pleito quede a las resultas de las probanzas de autos; sino que se propone que plantee hechos que ataquen directamente la pretensión del actor, que la desvirtúe, que la postergue ya sea temporalmente o para ese preciso proceso, o bien la aniquile en forma definitiva total o parcial; así como también el planteo de defensas que se basen en la falta o defectos de los presupuestos procesales.
Ello es así porque la defensa del demandado hace realidad la figura del abogado defensor en el área procesal civil. El cliente demandado merece una especialísima atención y un mayor estudio, razones que obligan a construir una estrategia procesal defensiva. Realmente hay una cuestión relevante en la defensa del demandado, y ello es el laborioso trabajo investigativo para preparar una buena defensa a la luz de los hechos de la demanda, los hechos relatados por el cliente demandado y los hechos desconocidos sobre los que deberá indagar antes de toparse con ellos en alguna testimonial. De todo ello, el litigante deberá hacer una proyección y tomar decisiones para plantear la defensa en uno u otro sentido haciendo un juicio de probabilidad.
La defensa del demandado se relaciona perfectamente con el concepto de derecho como lucha que se esbozaba al principio. En efecto, enseñaba el Maestro Carnelutti –en su obra “Cómo se hace un Proceso” – que el deber del defensor es combatir, que la justicia exige de ellos el combate. Y además supo subrayar que lo que ellos dicen, no debe ser considerado en sí, sino en función del necesario contraste con las afirmaciones del adversario. Para destacar además que su responsabilidad es no dejar sin defensa alguna posición, encontrando el límite en la buena fe.
En consecuencia, contar con una buena artillería de defensas procesales y materiales como las que se ofrecen en esta obra, importa tener valiosos recursos de campo. Y solventar adecuadamente la responsabilidad de asumir la defensa del cliente demandado.
Sea cual resulte la sentencia que ponga fin al litigio, es a cargo del abogado haber defendido sólidamente los intereses de su cliente. Pues en definitiva, el correcto ejercicio del derecho de contradicción –que tiene raigambre constitucional y se asienta en los principios del derecho procesal– asegura la justa composición de intereses que fueran contrapuestos.
En esta obra, como la que fuera publicada sobre demandas y contestaciones, se presentan contenidos desde dos puntos de vista: por un lado la casuística a los efectos de que el litigante comprenda –en una suerte de conceptualización teórica a partir de casos concretos– las normas jurídicas, y por otro lado la práctica forense para que adquiera el conocimiento técnico de la práctica judicial.
Por ello, la propuesta es algo más que interesante y mucho más aprovechable, en el sentido de forjar toda estrategia para el litigio. Especialmente teniendo en cuenta que no hay casos perdidos ni casos ganados, no hay perdidosos ni gananciosos antes de la litis, pues como supo decir Goldschmidt, puede suceder que lo que el juez reconozca como derecho no corresponda a lo que en realidad es derecho; (luego hizo la salvedad contestándole a Calamandrei que desde luego no había dicho que el fin del proceso es dar valor del derecho a lo que no es). Sin embargo, supo el Jurista atinar una proposición realista, porque en definitiva el proceso es un combate, una litis y los abogados tienen la carga de llevar la labor con cierta habilidad para evitar que el juez otorgue lo que no es derecho.
Precisamente, le debemos a Goldschmidt la noción de carga procesal como imperativo del propio interés. Quien soporta una carga no tiene obligación de hacerlo, solamente su propio interés le aconseja que la cumpla, porque dicho cumplimiento le da la posibilidad de obtener una ventaja procesal; o le evita una desventaja en su situación procesal. Es así como contestar la demanda es una carga procesal y es esperable que el litigante pueda hacerlo con la mayor precisión y diligencia posibles, cuestiones estas que encuentran tratamiento en este trabajo.
En definitiva, esta obra, que viene a complementar a “Demandas y Contestaciones…” que se citara al principio, tiene por objeto guiar al joven litigante, auxiliarlo y darle cierto respaldo ante la incertidumbre que pueda producirles enfrentarse por primera vez a la práctica del litigio.